No saber ser sin ti fue mi condena,
depender de tu amor o tu desprecio,
caminar a tu sombra como un necio
y sin tener de mi conciencia plena.
Que para amar no ha menester cadenas
tarde lo descubrí y pagué mi precio,
que el sentimiento así crece más recio
y más sano en un alma más serena.
¡Cuánto tiempo perdido en mal quererte!
¡Cuánto dolor podría haberte ahorrado
sin ponerme en peligro de perderte!
No hay luz en mi vagar desolado,
ni aliento que no duela al no tenerte,
ni día en que no lamente el pasado.
lunes, 1 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario