Avanzando por cada una de las dos direcciones y a medida que se van generando nuevas escalas y, por lo tanto, acumulando alteraciones, se llega a las escalas enarmónicas de Do, es decir Si sostenido y Re doble bemol. Para llegar a ellas se hace entonces uso de las dobles alteraciones. Podremos observar además que, por lógica, en todo el desarrollo las escalas que se van generando en cada dirección tendrán su escala enármonica en la opuesta.
Las escalas de uso más común, y sus tonalidades resultantes, son aquellas que tienen un máximo de seis alteraciones, por lo que se establece en esta evolución ese punto como el de cambio de dirección a partir del cual se comienzan a usar las tonalidades de la dirección opuesta y en sentido inverso. Las otras tonalidades son de uso muy infrecuente, lo cual es comprensible ya que es más cómodo leer una tonalidad con cuatro sostenidos (Mi M) que otra con ocho bemoles (Fa b M). No obstante hay instrumentos – arpa y piano, por ejemplo – en cuyo repertorio podemos encontrar obras escritas en tonalidades con más de seis alteraciones.
Las tonalidades más comúnmente utilizadas son por tanto, además de la de Do M, las siguientes:
- En la dirección de la Dominante.
Por último, hay que tener presente que, dado que cada escala mayor tiene su escala menor relativa, existe el “Círculo de Quintas de escalas menores”.
Próxima entrega: “Cómo se forman los acordes”.
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